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Test drive

Prueba Toyota Prius

¿Cómo se siente manejar un híbrido? Lo descubrimos con el primero de su especie.

Prueba Toyota Prius

El Prius original es el primer híbrido masivo del mundo cuya carrera comenzó en Japón en 1997. Desde entonces, ya hemos llegado a la tercera generación que se comercializa en más de 80 países alrededor del mundo, incluyendo a Argentina desde fines de 2009.

 

Técnica

Si querés saber cómo funciona un Prius, te recomendamos buscar en la Noticias asociadas al pie de esta prueba, por el momento vamos a comentar que tiene dos motores, un 1.8L nafta de 100 CV y otro eléctrico de 82 CV y 207 Nm, además suma un paquete de baterías de níquel alojadas detrás del asiento posterior. El conjunto entrega 136 caballos y debido a todos los componentes debe mover 1.365 kg, unos 115 más que un Corolla, pero logra un consumo declarado para el ciclo mixto de solo 3.9 L/100km.

El resto es convencional con suspensiones McPherson adelante y semi independiente de brazos arrastrados con barra de torsión atrás. La mayor diferencia está en su aspecto, sobre lo que nos explayaremos a continuación.

 

Diseño

Gracias a su parabrisas adelantado que sigue la línea del capot, al techo alto y a un portón trasero en suave declive, cualquier gurú del marketing podría haber declarado que el Prius es un coupé de cuatro puertas cruzado con un MPV. Afortunadamente la marca es mucho más discreta y sabe que esta particular silueta está destinada a demostrar que no es un auto común, pero tampoco es tan rupturista como para generar controversias.

Lo estrictamente cierto es que la forma del Prius tiene que ver mucho con la función, ya que esa luneta larga y elementos como el sutil alerón que sale del extremo posterior y el carenado del bajo piso con varios deflectores, sirven para hacer alcanzar un excelente Cx de 0.25. Rematan unas llantas de aleación con extraños cobertores plásticos y ruedas angostas de baja resistencia al rodamiento.

 

Interior

La segunda función del formato exterior del Prius está íntimamente ligada al espacio en la cabina. Usando el comparador de Autocosmos para medirlo contra el Corolla, vemos que es más corto y angosto, pero es más alto y tiene mayor distancia entre ejes, explicando el buen espacio para las piernas de quiénes van atrás.

Siguiendo la estética de la carrocería, el estilo interior es futurista, pero sin exagerar, destacándose el tablero alto con cuadro de instrumentos digital en el centro, las salidas de aire formando una larga línea en el centro y la consola central que se extiende como un puente hacia el apoyabrazos. El remate es la pequeña palanca de cambios que funciona como un joystick, es decir, siempre vuelve al centro.

Los plásticos son rígidos al tacto y agradables a la vista con un esmerado trabajo en las texturas. Más interesante es el tapizado en cuero ecológico perforado que complementa bien el formato de las butacas delanteras, agradables tanto a los ojos como al cuerpo.

 

¿Cómo funciona en la vida real?

Lo primero que pasa después de apretar el botón de encendido del Prius es nada… no enciende el motor de combustión, excepto que la batería haya quedado muy descargada. Movemos la palanca azul a la posición D, soltamos el freno y al acelerar nuevamente nada… el Prius avanza en silencio. Así podemos seguir un tramo, hasta que eventualmente la batería necesite un poco más de carga o pisemos más fuerte el acelerador para ganar velocidad y el Prius encienda el motor térmico.

Lo interesante es que casi no tenemos noticias de funcionamiento “naftero”, el 1.8L entra en acción sin tirones y solo se hará audible en la cabina si pisamos fuerte el acelerador, necesitando subir de revoluciones para darnos todo su empuje. Ante la curiosidad de saber que está haciendo el Prius con sus dos motores y el generador, tenemos tres pantallas que nos indican su funcionamiento.

- En el Head Up Display (HUD) podemos ver proyectado en el parabrisas una barra que muestra (de izquierda a derecha) las fases de frenado regenerativo, marcha eléctrica, uso del motor naftero y sección power cuando ambos impulsores trabajan mancomunadamente.

- En la pantalla del cuadro de instrumentos nos muestra el mismo gráfico o podemos ver otro con el diseño del auto que exhibe los flujos de energía. Además hay otros gráficos de barras que detallan el consumo y ahorro.

- En la pantalla táctil del estéreo, tenemos un gráfico similar al del cuadro de instrumentos, pero mostrado de manera distinta. Además, la pantalla sirve como cámara de retroceso, acceso a funciones del teléfono y configuraciones del auto, entre otros.

El Prius tiene tres modos de funcionamiento que se escogen mediante botones: EV, puramente eléctrico que trabaja a bajas velocidades y solo cuando la batería está bien cargada, Eco Mode, que reconfigura parámetros como el aire acondicionado y la respuesta del motor para consumir lo menos posible, y Power, donde los dos motores trabajan en conjunto para darnos más pique. Nosotros escogimos el segundo, que ofrece una respuesta del acelerador lenta a menos que hundamos con decisión el pedal.

El Prius se pone en marcha suavemente y dependiendo de nuestro apuro (o del tránsito que tengamos detrás) seguirá funcionando solo con electricidad –normalmente- hasta los 20 km/h. A partir de ese momento enciende el 1.8L y comienza la danza de fuerzas que van hacia las ruedas, hacia el generador y desde el impulsor eléctrico. Cuando soltamos el pie del acelerador comienza a generar electricidad extra, especialmente cuando pisamos el freno. Por otro lado, a velocidades constantes como 60 km/h (una onda verde en una avenida), puede desplazarse usando solo electricidad.

 

¿Realmente consume muy poco?

El consumo en el tránsito urbano de cualquier auto depende mucho de quién lo maneje, y en el caso de un híbrido es crucial ser suaves al ponerse en movimiento -como al salir de un semáforo- para que la electricidad tome el lugar de la nafta, ya que es en velocidades bajas cuando un motor térmico gasta más.

En Autocosmos hicimos una prueba interesante, trazamos un circuito urbano y lo recorrimos en dos oportunidades, una conduciéndolo como si fuera un auto normal y otra siendo más cuidadosos. En el primer caso apagamos todas las pantallas indicadoras del funcionamiento del sistema híbrido, en el segundo aprovechamos todo ese despliegue gráfico para intentar ser lo más “Eco” en nuestro manejo.

El resultado fue sorprendente en los dos casos, en el “normal” la computadora indicó un consumo de 8.4 L/100 km/h, que es más bajo que en un hatchback compacto 1.6L de última generación. Siendo más eco-conductores registramos solo 6.7 L/100km y lo más interesante es que la velocidad promedio fue 1 km/h mejor. Pero más tarde cruzamos la Ciudad de Buenos Aires desde Puerto Madero, hasta Av. del Libertador y General Paz, logrando un consumo de 4.5 L/100 km, y esto fue entre las 17 y las 18hs, cuando el tránsito comienza a ponerse pesado.

No llegamos a los 3.9L/100km declarados por Toyota, y nuestro promedio general en ciudad fue de 6.1 L/100 km, pero comparado con el consumo urbano medio de un auto convencional (10L/100km siendo gentiles) el Prius sería de un 39% más austero.

En ruta, el sistema híbrido no tiene tantas ventajas como en la ciudad, donde la electricidad reemplaza a la nafta en momentos de mayor consumo. Sin embargo, el Prius se desplaza con solvencia y silencio a velocidades reglamentarias, y su aerodinamia reluce con consumos muy acotados. Si pisamos el acelerador fuerte, entonces ambos motores nos van a dar el empuje correcto para un auto de su tamaño, aprovechando el buen torque combinado de ambos.

 

Conclusiones

El Prius está libre de toda pretensión sport, algo que queda claro en la posición de manejo es alta y el chillido de las ruedas si nos ponemos picantes en curvas. El propósito de este auto es otro, transportar a una familia y su equipaje consumiendo y contaminando lo menos posible, con prestaciones similares a los de un auto convencional de su tamaño, y cumple perfectamente con sus objetivos.

Autocosmos prueba al Toyota Prius

Fuente: http://www.autocosmos.com.ar/catalogo/vigente/toyota/prius

Hernando Calaza / Fotos: Ezequiel Las Heras recomienda