El segmento de los grandes puede volver a encenderse con la llegada a Argentina del Chevrolet Malibu, un vehículo global fabricado sobre la plataforma Epsilon 2 que será comercializado en EE.UU., Corea, China y Australia por mencionar algunos mercados más.
Aprovechando la presencia de un equipo editorial propio de Autocosmos en México, te adelantamos la prueba de este sedán grande destinado a combatir con nombres de peso como los Ford Mondeo, Nissan Altima (cuando llegue a Argentina), Honda Accord, Toyota Camry y VW Passat, entre otros.
Características técnicas y mecánicas
El Malibú tiene varias opciones mecánicas en origen, aquí pusimos las manos sobre un 2.5 litros de cuatro cilindros con inyección directa y apertura variable de válvulas que entrega 197 CV y 259 Nm, acoplado a una transmisión automática de seis velocidades con modo manual.
Un aspecto destacado es el equipamiento de seguridad que puede llegar a ofrecer hasta 10 airbags, frontales, laterales frontales, laterales traseros, de cortina y de rodilla para ambos pasajeros delanteros. Adicionalmente el control de estabilidad Stabilitrak está presente, así como el control de tracción, monitor de presión de neumáticos y sistema de anclaje para sillas de bebé LATCH.
Interior
Hay tanto espacio para todos los ocupantes que aun siendo cinco, viajarán con total comodidad. El asiento frontal permite encontrar la posición idónea de manejo con mucha facilidad y todos los mandos quedan bastante accesibles.
La gran noticia aquí es la incorporación del sistema de info/entretenimiento MyLink comandado por una pantalla táctil muy similar a la de una Tablet que permite controlar el teléfono móvil, el sistema de audio incluido el iPod, el climatizador (de dos zonas) y la computadora de viaje, entre otras funciones del vehículo.
La calidad de materiales y ensamble es buena, sin embargo, la elección de colores, así como el tapizado de los asientos hacen lucir la cabina del Malibu demasiado seria.
Comportamiento dinámico
Al ser un vehículo considerablemente grande (4.86 metros de largo) y pesado (1.577 kilos) que es impulsado por un motor de 4 cilindros de 2.5 litros, la realidad es que no podíamos esperar un comportamiento precisamente brioso y ágil, para eso habrá que esperar a conocer la versión que incorpore el motor turbo. De cualquier manera, lo anterior de ninguna manera quiere decir que el Malibu sea un vehículo torpe y frustrante, de esos que no son capaces de incorporarse adecuadamente a una vía rápida. Los radios de la transmisión son cortos entre primera y tercera, lo que permite a este sedán de Chevrolet moverse con la soltura necesaria.
En donde encuentra sus mejores argumentos es en la suavidad de marcha e impresionante aislamiento acústico que ofrece, filtra las imperfecciones del camino de manera impecable y las hace prácticamente imperceptibles para los ocupantes. Todo está orientado a ofrecer recorridos suaves y confortables, protegiendo notablemente el consumo de combustible.
En ruta, el Malibu se muestra cómodo a velocidades crucero y debido a su enfoque total al confort, en caminos sinuosos la transferencia de pesos y reacción de la dirección no es lo más adecuado para una conducción deportiva.
Conclusión
El Malibu será excelente compra para el que busque un vehículo bien equipado, espacioso, ahorrador y cómodo. La cabina ofrece mucho espacio para los pasajeros y buena capacidad de carga.
Sin embargo, si algo podemos criticarle es que le falta algo de pimienta. El hecho de haber tomado algunos elementos de diseño del Camaro no significa que este auto proyecte dinamismo y emoción, solamente deja claro aspectos como consistencia e identidad de marca.