Sin lugar a dudas, el Dodge Charger es de esos vehículos que viven en el corazón y en la mente de millones de fanáticos de los “Muscle Cars” desde los años sesenta y setenta.
El nombre Charger resucitó en el 2006, después de haber sido usado en los ochenta en un vehículo que nada tenía que ver con la esencia de un “Muscle Car”. Puntualmente, el Charger de los ochenta era un “hatchbak” de tracción delantera y es un auto del que nadie quiere acordarse.
En el marco del Salón de la New York 2014, el Charger se presenta con nuevas adiciones estéticas incluyendo un agresivo frente que recurre a lo más adelantado en iluminación LED y que además le da esa apariencia ruda en el camino, por algo muchos departamentos de Policía lo como patrulla.
Ahora, cambia prácticamente por todos lados, los paneles ofrecen un nuevo diseño, más eficiente en el rubro aerodinámico, que hoy representa mucho en temas relacionados con el consumo de combustible .
Bajo el capot de las versiones R/T encontramos el famoso HEMI V8 de 5.7 litros acoplado a la transmisión TorqueFlite de ocho cambios. Tambien se presentó una versión menos radical, con el motor Pentastar V6 de 3.6 litos, acoplado a la misma transmisión de ocho velocidades.