Las juntas son un elemento fundamental en el funcionamiento de los componentes de un vehículo, ya que garantizan la unión de dos partes evitando fugas o escapes. Las juntas mecánicas son un material adaptable que se utiliza para sellar la unión de las caras mecanizadas de los elementos de cierre de cajas de transmisiones o de cualquier otro elemento hidráulico o neumático que exista en nuestro auto. Es importante saber que existen varios motivos por los cuales se requiere sustituir una junta. Entre los más comunes se pueden mencionar:
- Mantenimiento o diagnóstico: una vez desmontada, la junta no podrá adaptarse a la nueva posición de montaje y no cumplirá su función de manera óptima.
- Restos de líquidos o aceites alrededor del motor: En la mayoría de los casos esto se produce por una mala estanqueidad y produce la necesidad de un cambio de junta.
- Desmontaje del motor: durante una reparación que involucre desmontar gran parte del motor, se recomienda realizar un cambio de juntas. Un cambio de correa de distribución es un buen ejemplo, ya que luego se recomienda hacer el cambio de juntas del cigüeñal y árbol de levas.
En algunos casos las piezas que debemos unir están deterioradas, por lo que las juntas de unión no son exactamente planas. Lo mejor en estos casos es utilizar un sellador que tape los desperfectos, y que a su vez no modifique las medidas de sus alojamientos, como son los selladores de juntas rígidas y de alta resistencia térmica.
Primero, limpiá bien las superficies a adherir, preferentemente con un limpiador químico. Luego de eso, pasá un paño para eliminar residuos o suciedades. Cuando el paño salga limpio, significará que podés continuar con la aplicación de un cordón continuo de adhesivo rodeando los agujeros de los pernos. Al montarlos y apretarlos, este cordón se va a aplastar y formar una junta que rellenará las irregularidades de las superficies sin crear una separación entre las piezas.