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Usar el teléfono cuando menejás es como vendarse los ojos

Hoy los smartphones están presentes en casi todas las actividades del día, pero no deben estar en la conducción y aquí explicamos las razones.

Usar el teléfono cuando menejás es como vendarse los ojos

Está más que comprobado que el uso del teléfono celular al volante es uno de los peores vicios a la hora de manejar, ya que es una distracción visual, manual y cognitiva. Para tener una idea de lo que pasa en el cerebro cuando se revisa o escribe en el teléfono mientras se maneja, piensen que, equiparable a conducir con los ojos vendados.

Incluso si el uso del teléfono de celular no fuera motivo de multa, los conductores deberían de tener la iniciativa de no usarlo por el solo hecho de que esta practica incrementa la posibilidad de sufrir un choque.

Es una distracción visual

A menos que se tenga una configuración para enviar mensajes de texto con manos libres o que el teléfono esté emparejado por medio de Apple CarPlay o Android Auto, no se debe utilizar el teléfono mientras se maneja. De no hacerlo así, el automovilista tiene que hacer todos estos pasos para enviar un mensaje:

1 Desbloqueo del teléfono

2 Abrir la aplicación de mensajería (aunque sea por voz)

3 Seleccionar el destinatario

4 Centrar el pulgar sobre el teclado

5 Redactar o formular el mensaje

6 Enviarlo

Por muy rápida y hábil que sea la persona con el teléfono, el proceso de enviar un mensaje corto podría tomar aproximadamente un segundo por paso, o aproximadamente seis segundos en total, en el mejor de los casos. A esto hay que sumar más tiempo, en caso de que se esté leyendo un mensaje para responderlo.

Para aterrizar estos datos a una situación de conducción real, si vas a 88 km/h, el auto viaja un poco más de 24,38 metros por segundo. Al multiplicar eso por los seis segundos recién mencionados, se ha recorrido más de 146 metros, es decir, una distancia mayor longitud de una cancha de fútbol en la que la atención a la conducción se perdió por completo.

Precaución

Por supuesto, el peligro no es la distancia recorrida per sé. El peligro radica en lo que pasa cuando se saca la vista de la calle ya que una gran parte de la seguridad es mantenerse enfocado en la tarea de manejar y esperar lo inesperado. Por lo tanto, cuando se pone atención al teléfono, es posible que no se perciban:

- Otros vehículos: esto incluye motos y bicicletas que son más pequeñas y más difíciles de ver de un vistazo que los automóviles.

- Peatones: si están cruzando la calazada a medida que se acerca el vehículo, como podría ocurrir con un "paso de cebra", es posible que no tengan tiempo suficiente para salir del peligro.

- Cambio de condiciones del camino: esto puede incluir cierres de carriles por trabajos o simplemente porque se acabó el espacio; límites de velocidad reducidos, baches o desechos peligrosos, o incluso una curva.

- Señales de tráfico: no ver las señales como "Pare" o los cambios en el semáforo podría tener consecuencias mortales para vos y otras personas.

- Posición en el camino: la falta de atención puede hacer que se pierda la trayectoria ideal, como realizar un cambio de carril involuntario y topar a otro auto.

Capacidad de pensamiento + reacción de frenado = distancia de frenado

Una vez que se nota el peligro, el auto no se detiene al instante, vas a seguir moviendote mientras pensás y considerás tus acciones. A eso le tenés que sumar la distancia que se necesita para frenar al auto desde que se presiones el freno, queva a depender de la velocidad y de las condiciones del camino. Juntos, la capacidad de pensamiento y reacción son lo que se conoce como "distancia de frenado".

Capacidad de pensamiento

Si vas por una calle atrás de un auto y frena abruptamente, vas a tener que reaccionar para evitar incrustarte en su paragolpes. La reacción ante ese peligro demora unos instantes en procesarse en el cerebro para mover el pie y aplicar el freno.

Distancia de frenado

Una vez que hayas pisado el pedal de freno, el vehículo necesita una distancia para detenerse por completo. Ese tiempo que toma se basa en parte a la velocidad. Cuanto más rápido vayas, mayor será la distancia que recorrerá el autom. Además, la situación puede empeorar fácilmente si está lloviendo, si hay tierra en el camino, si tus amortiguadores o neumáticos están en mal estado, entre muchas otras variables, y son parte de los riesgos que siempre habrá en la conducción.

Pérdida de tiempo crítico de reacción

Como se mencionó anteriormente, el tiempo de reacción no cambia mucho en función de la velocidad. No hay nada que se pueda hacer para acelerar la respuesta física, el problema es que cuando el teléfono distrae al automovilista, se pospone el comienzo de esta reacción. Peor aún, vas manejando rápido hacia el peligro como si tuvieras los ojos vendados. ¡Esto aumenta significativamente la distancia de frenado general, posiblemente duplicándola o triplicándola, o haciéndola inexistente cuando la colisión ya no se evitó!

 

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