
El estrés es una de las sensaciones más perjudiciales para la calidad de vida de las personas, y no solo está presente en entornos como el hogar o la oficina, sino también en la conducción, siendo un factor de riesgo silencioso y muy peligroso para las rutas.
Según un informe del gobierno argentino, en 2024, se registraron 3.894 fallecidos en siniestros viales en nuestro país, y el estrés, la presión al volante y la fatiga son factores clave que deben ser atendidos urgentemente, así que, en colaboración con Pablo Azorin, especialista en seguridad vial y movilidad sostenible, te contamos todo lo que tenés que saber.
El impacto del estrés en las personas y el problema que presenta al volante
El especialista afirma: “Los conductores de transporte pesado, pasajeros o remises ejecutivos trabajan largas jornadas, presión por cumplir horarios, tráfico denso y escaso descanso. Estas condiciones generan un estado de alerta permanente que compromete la salud física y mental, y aumentan el riesgo de accidentes. La somnolencia al volante y el trabajo en turnos rotativos elevan significativamente el riesgo de siniestros”.
Según un informe de seguridad vial, el estrés impacta en el ser humano en tres niveles:
- Físico (fatiga, disminución de reflejos, hipertensión, taquicardia, y trastornos digestivos).
- Psicológico (ansiedad, depresión, irritabilidad y pérdida de concentración).
- Conductual (errores de juicio, maniobras impulsivas, distracciones y un aumento significativo en la accidentalidad)
Según la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) el estrés y la fatiga son “factores de riesgo difíciles de medir”, pero están presentes en siniestros graves y en el deterioro del desempeño laboral de los conductores.
Al estar al volante, el estrés y la fatiga impactan de la siguiente manera:
- Cansancio extremo y fatiga crónica: disminuyen la capacidad de reacción y aumentan las posibilidades de quedarse dormido
- Dificultad para concentrarse: los pensamientos se dispersan y cuesta mantener la atención en la ruta.
- Irritabilidad y agresividad: incrementan las discusiones en el tránsito y las maniobras riesgosas.
- Toma de decisiones apresuradas o erróneas: aumenta el riesgo de errores en adelantamientos, frenadas o giros.
- Problemas físicos a largo plazo: el estrés sostenido puede derivar en hipertensión, problemas cardíacos, trastornos digestivos y depresión.
Cómo evitar o reducir el estrés al volante
Según el informe, el estrés no solo afecta la salud del conductor, sino que también multiplica las posibilidades de que ocurra un siniestro vial, por eso, es importante prevenirlo adoptando diversas prácticas:
- descansar correctamente
- planificar las rutas
- hacer pausas activas
- alimentarse correcta y conscientemente
- realizar técnicas de relajación
- pedir apoyo profesional
Es importante mencionar que Azorin afirma que los conductores no son los únicos responsables del estrés al volante, sino que también se requiere un “compromiso institucional”, en el que las empresas de transporte, los sindicatos y las autoridades deberían implementar políticas de descanso, capacitaciones en salud mental y programas de prevención.
Por último, el especialista afirma que la ANSV ya reconoce el estrés como uno de los principales factores de riesgo en la siniestralidad vial, pero que falta una política que abarque salud laboral, seguridad vial y bienestar emocional.
Esperamos que esta serie de recomendaciones te ayude a poder reducir el estrés al volante y evitar accidentes, y si querés saber más sobre seguridad vial, mantenimiento de tu vehículo, y más, podés leer nuestra sección Tips y Consejos.
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